Bitácora de campamento – Capítulo 9: Ora et labora

Domingo, día del Señor. Hoy la compañía y la tropa han caminado hacia el monasterio de Santa María de Cebreiro. Ha sido un recorrido sencillo, con un poco de cuesta arriba (que ya se van notando los días de campamento y no es plan de forzar la máquina, a parte que tenemos a una guía y un scout recuperándose de algunas dificultades «rodillares».

¡Menudas vistas! Sin duda se trata de uno de los paisajes más bonitos de estas tierras. Justo en lo alto del Cebreiro hemos podido contemplar a la vez la provincia de León y la de Lugo.

Vistas desde O Cebreiro

Pero lo mejor lo teníamos dentro del monasterio, en el que nos han dejado celebrar misa a nuestras anchas. Y, a lo mejor ya me he acostumbrado, pero me atrevería a decir que los cánticos nos han quedado medianamente bien. ¡Un Aleluya a cuatro voces! Sí, sí, a cuatro voces; todos bien entonados y al mismo ritmo ¡Y dirigiendo el canto uno de ellos! Si es que cuando vuestros hijos le ponen ganas y se implican, son capaces casi de cualquier cosa.

Mientras tanto, en el campamento, nuestros hermanitos de las manadas están cual hormiguitas construyendo sus cubiles. En las manadas hay como un caos controlado, que, así, de primeras piensas: «esto se les va a alargar hasta límites insospechados»… pero va y no. Te vas un rato y cuando vuelves te han montando una nave nodriza para conquistar el universo… Bueno, los lobatos dicen que es una mesa para comer… yo estoy convencido de que Akela tiene otros planes, pero por no discutir he aceptado que es una mesa para comer:

Mesa de los lobatos en proceso de construcción

Y qué decir del cubil de las lobatas… Parece que lo ha diseñado Marie Kondo:

Así que ya tenemos el campamento funcionando a pleno rendimiento. 85 almas disfrutando de la vida en el bosque. Los dos puntos más extremos están a 1 kilómetro de distancia. Menos mal que contamos con algunos artilugios que nos ayudan a ir, venir y transportar cosas con mayor agilidad:

Carrito para transportar comida y bici del jefe de campamento

Los pilotos del clan ¡ya han llegado a Santiago! Cansados, felices y contentos. Mañana regresan, unos a Toledo y otro al campamento para integrarse en el equipo de jefes de la tropa.

Clan Fernando III el Santo en Santiago de Compostela

Y todo esto está saliendo adelante gracias al esfuerzo e implicación tanto de cada uno de los jefes y jefas de manada, compañía, tropa, fuego y clan, como de nuestras intendentes. Como todo servicio scout, lo hacen sin esperar recompensa alguna, mucho amor y buscando siempre lo mejor para todos. ¡Gracias!

Nuestras intendentes, las más apañadas y resolutivas de todo el campamento

Bueno, me he dejado lo mejor para el final (a parte de que ha sido lo último que hemos hecho en el día): Hemos tenido velada de Promesa. 5 scouts de la tropa y ¡el padre Arturo! Hemos acompañado a nuestros hermanos en este momento de oración previo a su Promesa para reflexionar sobre el compromiso que asumen y pedir ayuda a Dios para ser fieles.

Velada de Promesa
Bendición en la velada de Promesa