¡Aleluya! La temperatura empieza a ser la «normal» en esta época del año. Han debido cerrar la puerta del horno en Samos y por fin podemos jugar y trabajar sin empaparnos la camiseta a los dos segundos.
El campamento va tomando «velocidad de crucero», y todo empieza a tener su sitio, ya no hay que estar repitiendo constantemente el horario, cada cual sabe lo que le toca hacer en cada momento y los rincones de cada patrulla van tomando forma.
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