Día intenso el de ayer en nuestro campamento:
Tronco por allí, tabla para allá, otra ortiga que me pica y otra abeja de la que consigo escapar.
Nuestras chicas de la compañía siguen de construcciones, y como recompensa a su esfuerzo ya pueden ver los resultados de tanto trabajo. Han podido comprobar lo bien que sienta dormir en seguras plataformas y que la merluza sabe mejor cuando el plato se apoya en una mesa recta y cómoda.

Y al caer la noche… ¿Qué son esos ruidos? ¿Y esas pisadas? ¡Han aparecido enanos, hobbits, elfos y demás personalidades de la Tierra media!

Al otro lado del campamento, nuestros aguerridos guerreros griegos de la tropa, siguen también rematando sus primeras plataformas, mesas de comer y de cocinar. Y no dejan por ello de darse un agradable baño antes de celebrar la eucaristía bien limpios y aseados por fuera (y por dentro).


También ayer bien temprano, el clan salió en ruta con destino al Santuario del Cebreiro, sabemos que están bien y que recibieron una visita de Arturo para tener la gracia de celebrar misa al final de su etapa.


Para acabar, los jefes del campamento han puesto a prueba sus habilidades más técnicas para poder subir agua del río mediante poleas, y… ¡parece que funciona!

En definitiva, ha sido una jornada completa y bien cargada de momentos de duro trabajo en construcciones, pero también de agradable descanso y risas. Todo ello en un entorno privilegiado que nos permite abrigarnos bien en plena ola de calor en Toledo. ¡Menudo regalo!
Ah! Y lo más importante, ya contamos con la presencia del Señor en el sagrario todos los días.