El viernes 14 por primera vez desde nuestra llegada, se hizo el silencio en el campamento.
La Tropa y la Compañía se marcharon de exploración (actividad en la que se integran en la vida y costumbres de un lugar y los recogen en un informe esta experiencia). La Tropa se alojó en tres pueblos de la Sierra del Caurel (Quiroga la Patrulla Oso, Folgoso del Caurel la Patrulla Zorro y la Patrulla Ciervo fue a Seoane del Caurel), mientras que la Compañía visitó Sarria.
La Tropa ha disfrutado enormemente en estos pueblos. Vienen contentos contando anécdotas y sorprendidos con que haya gente, más bien mayor, que pueda vivir tan bien en estos pueblos tan pequeños de la España profunda y que sean tan agradables (incluso dicen que les han invitado a comer).
La compañía, sin embargo, ha disfrutado de un pueblo tan vivo como es Sarria, punto fundamental del Camino de Santiago.
Que no estén las unidades presentes en el campamento, no significa que los jefes tengamos vacaciones, todo lo contrario, aprovechamos para preparar detalles en los cubiles de las manadas; en especial, el Clan piloto con la ayuda de David y Jorge, han tenido que despejar un tronco de grandes dimensiones que debió caerse en invierno. ¡Menuda aventura!
Y para acabar el viernes, como suele ser habitual en Galicia, la lluvia ha llegado al campamento, y gracias a ella, los caminos se han regenerado, ha bajado el polvo y ya sí que sí, queda todo preparado para la llegada de nuestros hermanitos pequeños los lobatos.
Y así ha sido: el sábado, con el sol y el buen tiempo, llegaron las manadas. ¡Bienvenidos!
Poco a poco vemos cómo se adaptan al campamento, están acabando sus construcciones y decorando sus cubiles. El campamento se llena de alegría con estos hermanitos, en especial, en el momento en el que disfrutamos juntos la eucaristía.